Algunos famosos tienen las manías más extrañas que te puedas imaginar nada más subirse a un avión. Los hay que solamente viajan en avión privado para poder contar así con propio catering para la mascota de turno, otros sólo acceden a volar si pueden viajar con mascarilla, algunos exigen determinados alimentos y bebidas en el trayectos, o deciden llevar su propia comida o incluso se ponen directamente a practicar yoga en mitad del pasillo como la actitud de la actriz Uma Thurman que no puede pasar sin hacer sus ejercicios diarios ni cuando va de viaje en avión. Así, los que han coincidido con ella aseguran que pone su propia esterilla en mitad del pasillo del aparato que la transporta y se pone a practicar allí mismo sus movimientos.
Por su parte, la bellísima actriz Megan Fox tiene muchísimo miedo a los aviones y no es capaz de volar si no escucha a Britney Spears en su mp3. Según la peculiar teoría que ella misma baraja: sabe que su destino no es morir escuchando un disco de Spears, por eso mientras suene su CD en el avión, piensa que no se estrellará.
Otro maniático mundialmente conocido -fuera y dentro de un avión- es el director y actor de cine Woody Allen, que tiene tanto pánico a los gérmenes que procura viajar siempre en avión privado, y con todo siempre lleva su mascarilla puesta y se hace tomar la temperatura cada dos horas.
A la ex heredera Paris Hilton le encanta viajar, eso sí, siempre que sea en su avión privado en el que nunca pueden faltar a bordo varias botellas de vodka, langostas, piruletas de varios sabores y azúcar moreno. Además, siempre vuela acompañada de sus mascotas.
La manía de Eva Longoria ('Mujeres desesperadas') es algo más peculiar y religiosa. Siempre que viaja en avión lleva en su bolso de mano varias figuras de vírgenes y santos, porque dice que sin ellas no se siente protegida. Además, estas figuras son sus souvenirs preferidos, y las compra por donde quiera que va.
Otro actor latino, Andy García, cuando alquila un avión privado, éste debe incluir todo un equipo de trabajo. Además de todo el currículum de personal de seguridad que trabaja en la empresa a la que alquila el avión privado, Andy necesita seis guardaespaldas y dos coches blindados esperando en el aeropuerto de destino.
La actriz Carmen Electra tiene tanto terror al agua que, aunque trabajó en la serie televisiva los Vigilantes de la Playa, jamás aprendió a nadar. Por eso, cuando viaja en avión exige que todas las ventanillas cercanas a su asiento estén cerradas para no ver que sobrevuela el mar, ya que de lo contrario podría sufrir un ataque de pánico.
Otra a la que no le gusta nada volar es Jennifer Aniston, pero su trabajo le obliga así que para minimizar el miedo últimamente tan solo se niega a subirse en un avión si no viaja a bordo un médico con un equipo completo para emergencias.
La cantante Paulina Rubio prefiere viajar en su jet privado ya que no le gustan los aviones comerciales. Sobre todo porque no puede llevar a sus mascotas, varios perros, y además porque solamente en su propio avión puede disponer también de un catering canino.
Otra cantante, Madonna, tiene tanto miedo a las tormentas eléctricas que, siempre que viaja en avión, exige que consulten con varios meteorólogos especializados para analizar la previsión del tiempo. Si hay riesgo de tormenta en su trayectoria, prefiere no volar aunque tenga que cancelar un concierto.
Robert Smith, el cantante de The Cure, tiene una aversión tan grande a los aviones que, cuando su grupo se va de gira y viaja en avión, él sale varios días antes de Inglaterra y toma barcos y trenes para llegar a tiempo a los conciertos.
Por su parte, siempre que el cantante Chayanne se sube a un avión exige que tengan a bordo una extensa lista de frutas y zumos tropicales. Y nunca viaja sin su intérprete, tiene varios para controlar el idioma allí donde va.
A Aretha Franklin le encanta actuar en directo, pero tiene tanto miedo a los aviones que en su vida se ha subido a uno. Como consecuencia, muchas veces tiene que cancelar sus conciertos fuera de los Estados Unidos.
La actriz Faye Dunaway cuando viaja en avión sólo come un helado dietético de una marca muy poco conocida. Como no pueden proporcionárselo en el avión, exige subir con el helado y lo trae dentro de su propia nevera.
Finalmente, cuentan de la ex de Julio Iglesias, Isabel Preysler, que es tan supersticiosa cuando viaja en avión que incluso ideó su propio ritual: antes de que el aparato despegue, dar siete vueltas a su anillo mientras reza una oración.